¿Supone una fuente de riqueza?
El Día Internacional del Turismo y su crisis actual nos obligan a reflexionar sobre los efectos del turismo masivo en las comunidades locales y en el medio ambiente. A medida que el sector enfrenta nuevos retos, es crucial evaluar cómo el turismo, que alguna vez se consideró una solución al desempleo, ha generado en su lugar precariedad laboral y deterioro ambiental.
Contaba El País hace dos días, cómo la efeméride ha pasado de presumir de sector bien considerado en la industria a actividad que se pone de perfil ante el sonrojo que genera su actividad en la actualidad.
La situación ha llegado a un punto, en el que en algunos lugares ya se manifiestan para defenderlo. ¡El turismo!
Con datos asombrosos, como tener que volar a diario para mantener la plaza, la tribuna es rica en enlaces para quien quiera bucear un poco más profundo en el fenómeno.
Pero lo que no es tan conocido, por haber machacado durante años el mantra de que el turismo masivo resuelve el problema del desempleo, es que, en algunas poblaciones tradicionalmente turísticas, el paro lleva muchos años estancado en porcentajes no precisamente bajos. Más aún: los empleos que genera son temporales y precarios.
Los autores no se olvidan del daño medioambiental ni del deterioro del patrimonio, para cerrar con la descripción de un paisaje que nos resulta cada vez más familiar: la conversión de las ciudades en parques temáticos, una expresión que nos gusta mucho en Asturias Vacacional por lo gráfica que es y lo bien que resume el peligro que corre nuestra región si no hacemos las cosas bien.
La crisis actual del turismo se ha convertido en un tema crucial en el Día Internacional del Turismo. Es una buena noticia para todos los que estamos preocupados por su impacto.
Bahía de Cadiz. Foto de Jordi Vich