Regulación turística. ¿Por qué es tan difícil hacer cumplir la ley?

Una semana más, la mayoría de las noticias turísticas giran en torno a la regulación de pisos turísticos. El triángulo formado por el sector hotelero, los apartamentos turísticos y el problema de la vivienda se convierte en una pirámide invertida con la regulación como vértice que intenta mantener el equilibrio.

Ayer fue noticia el número 68 de Gran Vía, por conseguir sacar de su comunidad los pisos turísticos que operaban de forma ilegal. A pesar del debate hombre rico/hombre pobre que generó el hecho de que los todos propietarios fueran personas cualificadas —abogados, médicos, empresarios— la pregunta es ineludible: ¿por qué es tan difícil hacer cumplir la ley? 

Llama la atención un testimonio en particular: «Es muy importante que la denuncia esté bien hecha para que haya pruebas fehacientes, porque el ayuntamiento está sobrepasado. Si no tienes bien instrumentado que te están machacado es imposible. Nuestras pruebas eran irrebatibles». 

Es decir, no basta con denunciar que se está infringiendo la ley; tiene que ser un letrado experimentado el que realice el trámite para que la burocracia de una administración sobredimensionada te haga caso. Lo que no se entiende es que además tengas que demostrar que te están machacando. Si es ilegal, es ilegal. ¿También hace falta adornarlo?

Han pasado más cosas, como la subida del IVA al 21% de los pisos turísticos y el programa de bonos de descuento para impulsar el turismo rural, pero llama especialmente la atención el despropósito que supone que un número indeterminado de cuerpos técnicos, funcionarios, políticos y demás agentes involucrados trabajen por una ley justa para que después se cumpla solo en las condiciones descritas.

Pues más vale que se cumpla la regulación de los pisos turísticos. Porque se ha celebrado la sesión de la mesa de turismo de FADE en colaboración con la CEOE y los datos son claros: en los últimos 10 años han cerrado 10 hoteles mientras que los pisos turísticos no dejan de crecer. El presidente de OTEA dio la clave: «el turismo es bueno si los asturianos vamos a vivir mejor, si no trae riqueza y bienestar tendremos que replantear su gestión». Desde Asturias Vacacional solo podemos decir Amén.

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Fachada de la Gran vía. Foto de Abbie Bernet

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