¿Funciona la regulación de viviendas de uso turístico? Mientras IU solicita ampliar la moratoria de Viviendas de Uso Turístico (VUT) en Gijón, Airbnb no ha tardado en reaccionar. La plataforma ha emitido un comunicado en el que sostiene que «los casos de Portugal, Nueva York y Escocia muestran el impacto negativo y la falta de eficacia de las regulaciones cuando no consideran la realidad local o son la única medida para abordar la crisis de la vivienda». Sin embargo, este argumento pasa por alto los efectos positivos de las regulaciones cuando se adaptan a las condiciones locales y se integran con otras soluciones de vivienda.
Tomemos el caso de Cataluña: en Barcelona, con una moratoria de licencias de VUT vigente desde 2014, los precios de alquiler han aumentado un 70 % en los últimos 10 años. Este dato, aunque cierto, no es el único. En municipios catalanes considerados zonas de mercado residencial tensionado, los precios de alquiler cayeron un 5 % entre abril y junio de este año. Esto ilustra cómo una regulación bien aplicada puede aliviar la presión del mercado.
El último barómetro del CIS refleja que la vivienda ocupa el tercer lugar en las preocupaciones de los españoles. Aunque, como sabemos, la formulación de las preguntas no es inocente: al preguntar por el principal problema del país, la inmigración se ubica primero; sin embargo, cuando se interroga directamente al encuestado, la preocupación por la inmigración cae a la cuarta posición. Estas percepciones, a menudo influidas por los medios, son volátiles. Así se desprende de una teoría que ya tiene más de 50 años.
Siempre habrá polémica, pero parece que cuando las cosas se hacen bien, funciona la regulación de viviendas de uso turístico. En Asturias Vacacional insistimos en los datos: los pisos turísticos representan apenas el 1,33 % del total de viviendas en España. No se debe culpar en la dirección equivocada.

Playa de Gijón. Foto de VVX Media